Apología a los pequeños despertares

Un Doctor se enojó y nos puso como tarea hacer un ensayo sobre el discurso de Steve Jobs en Stanford, este es el mío.

Tener 24 años y estar cansada… cansada de las personas, cansada de aprender, cansada de preocuparse, cansada de no poder. Cualquiera diría que es una locura, que es una exageración, que hay que ser muy quejumbroso para decir esto; pero es así. Así es como empecé a vivir este año, cansada, frustrada y decepcionada. Solo rezaba para que los días pasaran rápido y esto acabara pronto, que llegara Diciembre y yo ya no tuviera que volver a trasnochar o a lidiar con gente tan incisiva a diario, porque eso es agotador.

Luego, a medida que el tiempo pasó, la frustración creció y por mil y una razones, me sentí atacada por un medio hostil que me quitaba el alma de a poquitos, y me vi armada de rabia y agresividad y así fue como empezó la gran pelea que terminó con la “tarea” de hacer un ensayo sobre un video de alguien que dice que se debe permanecer “hambriento y descabellado”… Descabellada he permanecido, y he procurado cuidar mi locura como un gran tesoro que me hace diferente de toda esta gente alienada que tengo alrededor. Y me perdonará Doctor que me refiera así de las personas, sonara esquizoide y hasta patológico, pero ya una vez dejé que se me perdiera el alma entre las demás almas y esta vez la voy a cuidar mas, así que creo que mi locura está intacta y que no es aquí donde radica el problema.

¿Que si hay un problema? Claro que si, y gracias a este incidente desagradable, me di cuenta de ello. El problema está en mantenerme hambrienta. Se me perdieron las ganas en el camino y simplemente me dejé llevar. Por eso es tan valioso encontrar personas como usted, que a pesar de encontrarse en el mismo medio hostil y de tener muchas mas responsabilidades, siguen teniendo ganas, y no se dejan parar.

En una de las revistas usted me preguntó cual había sido el día más feliz de mi vida y yo no supe responder. Tal vez haya sido una de esas tardes en la universidad, cuando el viento era lo único ajeno y todo el resto me pertenecía, cuando me enamoré y supe que todo iba a estar bien. Y siguiendo el brillante mecanismo de unir puntos del señor Jobs, me doy cuenta que tal vez todavía todo está bien, solo me perdí un poquito pero nada que no tenga remedio…todavía estoy enamorada y aun mi vida me pertenece… uno a veces se pierde para encontrarse mejor y este es un buen momento para encontrarme.

Cuando se es joven como yo, la rebeldía hippie todavía permanece intacta, pero al ser a la vez un poco adulta como yo, se tiene una gran ventaja y es que se es pensante y existen opciones infinitas cuando se decide tenerlas. Tal vez aun no he encontrado eso que amo, tal vez no sea la medicina quien me lo de, pero la Universidad del Valle me sacó de la burbuja en que se vive cuando no se tiene contacto con la gente, cuando uno no sabe lo infinito que puede ser el sufrimiento ajeno y lo aun mas infinito que es vivirlo a diario, tan de cerca y a veces, de forma tan pasiva y con tanta impotencia como en el HUV. Aprendí que la injusticia existe y me di muy duro contra el mundo tratando de entenderla. Aprendí que no puedo entenderla pero que conocerla me hace mas grande, aprendí que no es cierto que verla a diario nos vuelve insensibles… siempre hay una tristeza nueva o una gran alegría que llevar a la casa cuando se trabaja con la gente. Y aun mas cerca, conocer a mis compañeros, de todas las razas, pobres, ricos, muy ricos y muy pobres, vagos, sensatos, inteligentes y no tan inteligentes… esa posibilidad es lo que mas agradezco de mi educación, esa posibilidad es lo que hace privilegiados a quienes podemos ingresar a una universidad publica, donde el merito se lo gana cualquiera pero el respeto y la admiración se lo gana solo quien se lo merece. Conocí lo horrible de competir (tengo baja tolerancia a la frustración, por eso digo “horrible”), la maldad del que envidia, la trivialidad del que solo espera y genialidad del que da. Tuve el placer de tener amigos y la desgracia y en algunos casos la bendición de perderlos y ambas cosas me hicieron lo que soy.

Así que si aquí estoy no es en vano, y no soy la misma que hace 7 años; todavía me esperan inpaces, luchas, tristezas, decepciones y aprender, mucho por aprender. Se vienen decisiones difíciles, retos, pruebas y el camino es largo… solo puedo prometer tratar de mantener el alma intacta y la locura a flor de piel, las ganas ya volverán, poco a poco, con pequeños despertares como este, que aunque desafortunado, tal vez sea invaluable.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
A ver en que momento despierto yo!
Excelente tu "ensayo" marta!. Me encanta como escribes..Soy pesimo lector, pero facilmente me puedo quedar leyendo horas algo tuyo!,,Asi que procure seguir haciendolo. Chao martica!
Un abrazo!

PD: Prometo no perderme tanto
Unknown ha dicho que…
Marta nunca habia entrado a tu blog, pero dejame decirte que escribis bacanisimo!! buena terapia despues de un gran dia!!!!
Maria
César Augusto Amaya ha dicho que…
Marta. Te felicito. Un texto brillante!!! Jamás dejes de escribir. Las grandes cosas salen del alma, y esto es grande. Un abrazo.
jose julian ha dicho que…
felicitaciones, gran escrito

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