Otro Lunes...


Mientras me recuperaba del estado de agitación en que me encontraba, me dirigí despacio hacia ese cuarto en el que paso casi 7 horas diarias sentada, escuchando gente que en contadas ocasiones, sabe lo que dice...

Cuando entré empujando esa puerta que aprovecha cualquier descuido de un transeúnte para pegarle por la espalda, había tanto ruido que nadie se percató de que yo había llegado...

Caminé hasta mi pupitre al final de la ultima fila y al pasar a través de los grupitos de gente que se contaba las aventuras del fin de semana me di cuenta, o mas bien, recordé que era Lunes, y que los Lunes yo no existía para nadie. Porque los Lunes son los días en que solo se habla del Viernes, el Sábado y el melancólico Domingo, y que yo los días en que no voy al colegio, solo me encierro en mi cuarto a oler esa madera que me ayuda a escapar de los litros de perfume de pera que mi hermana acostumbra usar, de ese olor que con el tiempo me da asco...

Mientras estaba sentada mirando al infinito y escuchando a lo lejos el murmullo de la gritería que enmarcaba mis pensamientos, leí en el tablero la fecha, era 15 de Mayo del 2000... se me ocurrió que ese día no iba a ser tan malo, que algo importante iba a suceder.

Después que nos avisaron que el profesor de Química no iba a venir, decidí que como la única clase que para mi valía la pena era esa, me iría... así que cogí de nuevo mi maleta y me fui sin decir ni una palabra; creo que estaba tan pálida que el portero me dejó salir sin preguntar nada porque pensó que tenía uno de esos cólicos que siempre utilizan las niñas de mi colegio para poder salir.

Eran las 7:45 de un día en que no había clima, ni sol, ni frío, ni lluvia, no había nada... la quinta estaba mas sucia de lo normal porque el Domingo había sido el "Día de la madre" y supongo que eso justificaba las calles podridas de la ciudad.

Me senté en el muro de esa casa verde en la que vivía la niña que decían que era bobita pero a la que nunca le creí y me puse a mirar a la gente pasar...

Me dio hambre, caminé como 5 cuadras a una panadería y compré 2 pancachos.

Me di cuenta que el 15 de Mayo solo era un Lunes mas de mi solitaria lista de semanas sin vos y decidí que no volvería a contar los días para tu llegada y que solo cerraría los ojos hasta sentir tu olor...

Comentarios

Boris ha dicho que…
Conozco ese lugar. Dos pancachos y un muro es una buena elección.

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