Fragmentos...

“La vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo, el intento de un camino, el esbozo de un sendero, ningún hombre ha llegado a ser él mismo por completo; sin embargo, cada cual aspira a llegar, los unos a ciegas, los otros con mas luz, cada cual como puede. Todos llevan consigo, hasta el final, los restos de su nacimiento, viscosidades y cascaras de un mundo primario. Unos no llegan nunca a ser hombres; se quedan en rana, lagartija u hormiga. Otros son mitad hombre y mitad pez. Pero todos son una proyección de la naturaleza hacia el hombre. Todos tenemos en común nuestros orígenes, nuestras madres; todos procedemos del mismo abismo; pero cada uno tiende a su propia meta, como un intento y una proyección desde las profundidades. Podemos entendernos los unos a los otros; pero interpretar es algo que solamente puede hacer cada uno consigo mismo.”
(“Demián, Hermann Hesse.”)

Hesse deja ver que por fin se esta esfumando el indicio de que el hombre sea ante todo una razón pura y suprema capaz de descifrar la realidad. No se trata solo de conocer la verdad, se trata de vivirla, y de vivirla de forma subjetiva.
En esto se basa la oposición de Hesse al positivismo imperante que aun ahora prevalece. Hesse esta totalmente decidido en su teoría de que es una condición imprescindible la total inmersión del hombre en sus fondos subjetivos para lanzarse al mundo, al futuro.
La ciencia y las cosas estudiadas científicamente (sin contar con las manipuladas por la tecnología) no sirven de nada mientras el hombre sea solo una maquina que repite verdades objetivas. Es necesario que la ciencia y la verdad respondan a necesidades de la psiquis, necesidades sentidas en el interior. Por esto Hesse nos invita a sumergirnos en nuestro subconsciente, en nuestro interior, en el desorden de nuestra existencia. Si esto no ocurre, dice el autor: “el espíritu se vuelve impotente para contener y dirigir los impulsos irracionales que habitan los estratos más profundos del alma y que en su dinamismo son los más fuertes.”
A través de la obra de Hesse, el hombre atraviesa lentamente su infierno personal, es decir, asume sus pensamientos y sentimientos perversos y obscuros, sus instintos. Si el hombre no pasa por este pequeño martirio, nunca estará completo, si esquiva sus estratos primitivos como lo haría el típico burgués, el ciudadano respetable, se convertiría en un hombre con media cara oculta y reprimida, un hombre que jamas podrá aspirar al conocimiento.
Las obras de Hesse nunca tienen final porque el hombre nunca alcanza la meta, aunque la presiente y sabe como llegar a ella. De alguna forma la meta esta en encontrar ese equilibrio con la naturaleza, la naturaleza es la Biblia para los personajes hessianos. Pero hoy es difícil pensar que la juventud mundial se va a lanzar hacia su propio yo, en un mundo donde aun no ha terminado el proceso de urbanización, y la ciencia y la tecnología dominan de tal forma que aquello se vería con malos ojos, como algo de románticos sin tiempo o almas perdidas.
Pero para todo hay un publico y aquel que atienda al llamado de Hesse, se acercará a ser.

“Quien no encaja en el mundo, esta siempre cerca de encontrarse a sí mismo.”
Hermann Hesse.

Comentarios

Nema ha dicho que…
¡Qué bonito Marta!, qué gran verdad; es un consuelo saber que cuando uno, buscando su camino, se encuentra perdido en el mundo es probable que esté de cierto encontrándolo.

"Caminante no hay camino, si no estelas en la mar..." (A. Machado)

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